Crómicas de Shabat: SHALOM

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Después de año y medio de estar viendo videos de manifestaciones en Europa, nos tocó ver una en Las Ramblas en Barcelona, en vivo con todo tipo de personajes gritando nada. Protestaban por nada, iban en contra de todo, pero no pedían nada. Eso si, larguísima y llena de un montón de inconformes. Vi un par de banderas palestinas. Se me estaba indigestando un poco la deliciosa comida que habíamos degustado en La Boquería, pero la prima donde nos quedamos, nos tranquilizó diciéndonos que no sabían por qué estaban protestando. Espero que así haya sido y no una de esas manifestaciones en que participan los antitodo y aprovechan para protestar contra los judíos.
En general los taxistas ayudan a complementar la información turística y son amables. Uno que otro nos regañó por motivos que no
parecían muy graves, pero a ellos parecían molestarles. Regañones y un poco cascarrabias, algunos taxistas y conductores de buses
y los que venden boletas en la taquilla. Extraño, pues Barcelona es un centro turístico que recibe una gran cantidad de turistas al año y deberían ser más amables.
Cuando nos disponíamos a registrarnos en el counter de El Al para nuestro viaje de regreso, nos dijeron en un tono entre despectivo y alegre, que esa empresa no estaba volando porque estaban en guerra. A pesar de esos comentarios logramos averiguar dónde estaba ubicada la aerolínea. Se portaron muy bien con el poco exceso de equipaje que traíamos, pues es difícil no llenar las maletas con café y manjar blanco, pero nos ayudaron a acomodar las cargas para no tener que pagar extra.
Ya cuando íbamos a abordar el avión, Reuven le preguntó a una de las encargadas en hebreo, que si el avión ya había llegado y ella con una grosería y un tono de voz lleno de prepotencia, le respondió: “yo no entiendo, yo no hablo hebreo”.
Con esa respuesta no parecía una orgullosa empleada de El Al. No quiero parecer paranoica, pero su comentario tenía un tinte antisemita, como el de algunos taxistas y por ese motivo preferimos mantenernos ante ellos como ciudadanos colombianos y no como israelíes. No por falta de orgullo, sino para evitar falsos comentarios.
Y todo el mundo critica a El Al, que es la más costosa, que es la aerolínea oficial de Israel, pero subirse al avión después de un viaje de un mes y que la azafata te salude con un sonoro shalom, para darte la bienvenida a bordo, suena muy bien.