
Ya hay aires de primavera (aviv)
Aunque todavía se ven árboles deshojados, producto del otoño- invierno (stav-joref), ya se respira aire de primavera. Es la estación más linda (iafá) pues no hace tanto calor como en el verano, pero el sol (shemesh) ilumina.
Cuando cambia la estación cambia la ropa. Eso no nos sucedía antes, pues en Colombia no hay estaciones. En ese país con dos océanos, ubicado en el trópico hay lugares donde se observa las olas del mar (iam) reventando en la arena y más arriba se alcanzan a divisar algunos picos nevados. En Bogotá donde vivíamos, puede haber varias estaciones en un mismo día . La recomendación siempre es llevar un sweater y un paraguas (mitría) a la mano porque nunca se sabe. Puede decirse que es una ciudad con aire acondicionado permanente. A veces moja la lluvia, pero en general es un clima agradable y cuando calienta el sol como en la canción, es fuerte, lo que se dice, sol de clima frío (car).
Respecto a la moda, me gusta más la ropa de invierno que la de verano. En parte porque me encanta esa moda de botas, bufandas, abrigos, warmers, en fin todos los aditamentos que se requieren para calentarnos ante esos fríos que nos azotan. Otra ventaja es que se disimulan las imperfecciones del cuerpo que con la edad se van afianzando y siempre estamos luchando con algún gordito sobrante. El invierno con su indumentaria ayuda a disimularlos.
Es el inicio de la primavera que es divina. Empiezan a renacer las flores y los árboles a llenarse de hojas nuevamente. Como les conté el otro día, sólo el olivo permanece igual ante las inclemencias del clima.
Es momento de guardar la ropa de invierno y de seguir la dieta, pues decidimos empezar dieta, pero la verdad es que nunca se acaban, sólo cambian de nombre y de variedad de alimentos y se intentan diferentes recomendaciones, pero por lo general, siempre estamos a dieta. Como les decía, se guarda la ropa de invierno y con la primavera viene el anuncio del próximo verano, así que hay que empezar a sacar pintas más ligeras donde se ve más la realidad de nuestro cuerpo, así que hay que cuidarse más porque ya no hay forma de disimular. La primavera es linda y el clima es ideal. Es una preparación para ese intenso verano (kaits) que se vive al pie del desierto. Calores infernales en contraste con los fríos invernales. Pero me gusta el sol radiante, ir a la playa o a la piscina, en su defecto. El clima invita a salir, aunque se suda la gota algunas veces, pero es lindo. Es vida. El aire acondicionado a mil para poder soportar esos calores intensos. Y así como la naturaleza cambia, nosotros cambiamos. Cada cambio de estación (oná) es una renovación.
Marlene Manevich
Aunque todavía se ven árboles deshojados, producto del otoño- invierno (stav-joref), ya se respira aire de primavera. Es la estación más linda (iafá) pues no hace tanto calor como en el verano, pero el sol (shemesh) ilumina.
Cuando cambia la estación cambia la ropa. Eso no nos sucedía antes, pues en Colombia no hay estaciones. En ese país con dos océanos, ubicado en el trópico hay lugares donde se observa las olas del mar (iam) reventando en la arena y más arriba se alcanzan a divisar algunos picos nevados. En Bogotá donde vivíamos, puede haber varias estaciones en un mismo día . La recomendación siempre es llevar un sweater y un paraguas (mitría) a la mano porque nunca se sabe. Puede decirse que es una ciudad con aire acondicionado permanente. A veces moja la lluvia, pero en general es un clima agradable y cuando calienta el sol como en la canción, es fuerte, lo que se dice, sol de clima frío (car).
Respecto a la moda, me gusta más la ropa de invierno que la de verano. En parte porque me encanta esa moda de botas, bufandas, abrigos, warmers, en fin todos los aditamentos que se requieren para calentarnos ante esos fríos que nos azotan. Otra ventaja es que se disimulan las imperfecciones del cuerpo que con la edad se van afianzando y siempre estamos luchando con algún gordito sobrante. El invierno con su indumentaria ayuda a disimularlos.
Es el inicio de la primavera que es divina. Empiezan a renacer las flores y los árboles a llenarse de hojas nuevamente. Como les conté el otro día, sólo el olivo permanece igual ante las inclemencias del clima.
Es momento de guardar la ropa de invierno y de seguir la dieta, pues decidimos empezar dieta, pero la verdad es que nunca se acaban, sólo cambian de nombre y de variedad de alimentos y se intentan diferentes recomendaciones, pero por lo general, siempre estamos a dieta. Como les decía, se guarda la ropa de invierno y con la primavera viene el anuncio del próximo verano, así que hay que empezar a sacar pintas más ligeras donde se ve más la realidad de nuestro cuerpo, así que hay que cuidarse más porque ya no hay forma de disimular. La primavera es linda y el clima es ideal. Es una preparación para ese intenso verano (kaits) que se vive al pie del desierto. Calores infernales en contraste con los fríos invernales. Pero me gusta el sol radiante, ir a la playa o a la piscina, en su defecto. El clima invita a salir, aunque se suda la gota algunas veces, pero es lindo. Es vida. El aire acondicionado a mil para poder soportar esos calores intensos. Y así como la naturaleza cambia, nosotros cambiamos. Cada cambio de estación (oná) es una renovación.
Marlene Manevich