Foto: Vicky Bikiel
Como todos los años se realizó en el Kibutz Lohamei ha Getaot el evento de cierre del día del recuerdo del Holocausto y el Heroísmo. La Olei de Naharya es la filial más cercana al Kibutz, y normalmente gente de nuestra organización siempre participa del mismo. Unos minutos antes del inicio y bajo un cielo plomizo, y luego de una intensa lluvia, se dudaba si el acto se realizaría. Sin embargo, a las 20.00 hs. en punto no solo se dio inicio al evento, sino que pareció que el cielo sabiendo de la importancia del acto se limpió por completo “Elo-him Gadol”.
Se encontraban presentes unas 2500 personas, reunidas en el anfiteatro. Grandes, chicos, jóvenes, jaialim.
Varios discursos se sucedieron, representantes del kibutz anfitrión, del movimiento kibutziano, y el Comandante del Norte de Tzahal. Todos coincidieron (y todos coincidimos), que este año es un año diferente, que el 7 de octubre nos cambio a todos y que el recuerdo de lo pasado durante la Shoa si bien no tiene parangón, fue sentido de otra manera.
Luego el encendido de seis antorchas. Uno a uno cada invitado a encenderlas era precedido por su historia personal, en pantalla gigante. Vimos fotos, escuchamos relatos. Cada relato era personal, pero por supuesto podría ser el relato de todos y cada uno de aquellos que no tienen voz ni posibilidad de contarlo.
Luego, un poco de música a cargo de Abitar Banai, y un poco de baile a cargo de un grupo de danza.
Y el final, un final con la fuerza que necesitábamos. El escenario se llenó de jóvenes, grupos de los distintos movimientos juveniles desde la Shomer Ha Tzair y Dror, pasando por Betar y Bnei Akiva. Y a ellos sumados unos doscientos jóvenes de la Escuela de la Marina de Acco. “Rapeando” una hermosa canción.
Volvimos esperanzados, porque vimos como grupos juveniles que se encuentran ideológicamente en las antípodas, pueden estar juntos uno al lado del otro cuando el objetivo es común. Y pensamos, todos pensamos si…AM ISRAEL JAI.